Los más graves accederán al plasma bajo indicación médica y los demás solo lo harán si participan de un ensayo clínico
La puerta está abierta y la sala de espera del Banco Nacional de Sangre sobre la avendia 8 de Octubre está vacía. Señaladas con cruces amarillas, se prohíbe usar la mayoría de las sillas para mantener la distancia, pero no hace falta, no hay gente.
Dentro, la médica Lilia López, jefa del Banco de Sangre, de guantes y túnica, se acomoda el tapabocas en uno de los cubículos contiguos a la sala de extracción. Se preocupa por la baja en las donaciones de sangre, explica que el descenso fue drástico al anunciar la cuarentena en marzo, que mejoró mucho con la exposición mediática del tema, pero que necesitan más donantes para que sea con constancia.
Si bien la donación de sangre es gran parte de lo que habitualmente ocupa al banco, la llegada del coronavirus impactó en los protocolos, la rutina y el trabajo. Allí funciona ahora el nuevo Banco de Plasma. Reciben a las personas recuperadas de Covid-19 que quieran donar plasma para estudiar sus anticuerpos y, si cumple con las condiciones, el plan es inyectárselo luego a enfermos.
No hay un tratamiento específico para Covid-19. Como en epidemias anteriores, “se recurre a la hipótesis de que los anticuerpos que generaron las personas que se recuperaron pueden eventualmente contribuir a acortar el tiempo de enfermedad o a recuperarla más rápidamente”, explicó a Búsqueda Juan Gil, asesor del Ministerio de Salud Pública (MSP) e integrante de la Comisión Plasma Covid.
Es un desafío mundial en el que participa Uruguay. Aquí funcionará en dos carriles: se aplicará en pacientes graves (con indicación del médico), en lo que se conoce como “de uso compasivo”, y en pacientes menos graves mediante un estudio clínico.
Gil integra un grupo de profesionales que alista los detalles para realizar el estudio clínico en Uruguay. El equipo, bajo la orientación del MSP, trabaja para darle forma a un ensayo clínico mientras apronta la puesta en marcha del uso de plasma para enfermos en estado crítico.
“Estamos en la etapa de armar el protocolo del estudio clínico”, contó Gil, convocando a especialistas para definir cuestiones como las preguntas a responder, la cantidad de gente que debería participar del ensayo, los análisis que se deben hacer en el curso del estudio clínico, entre otros puntos. Luego vendrá el asunto de definir quién pagará los estudios, comentó.
A la orden
Todos los pacientes por igual, los de uso compasivo y los del ensayo clínico, necesitan de la donación de plasma. El Servicio Nacional de Sangre puso su logística a la orden. Cuando un médico indique a una persona en CTI plasma Covid, deberá solicitarlo al banco de sangre al que habitualmente recurre la institución y este lo pedirá al Banco Nacional de Sangre en Montevideo. Esta semana el banco emitirá un comunicado detallando el procedimiento a las instituciones de salud.
Tras haber cursado el Covid-19 “en la sangre quedan defensas, anticuerpos, disueltos en el plasma” (parte componente de la sangre), dijo a Búsqueda el infectólogo y hemoterapeuta Edgar Lima, coordinador de la Comisión del Banco de Plasma. “Los anticuerpos son como pinzas moleculares que interaccionan con ciertas moléculas del virus y lo pueden inactivar”, explicó por su parte Otto Pritsch, jefe del Laboratorio de Inmunobiología del Instituto Pasteur de Montevideo.
Etapa de colecta
A fines de marzo una comisión comenzó a trabajar bajo la iniciativa y convocatoria del ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, en el proyecto de creación del Banco de Plasma con la idea de poder, eventualmente, brindar tratamientos. A mediados de abril se creó formalmente la Comisión del Banco de Plasma y el banco.
El marco legal “solo admite, al ser una indicación nueva, el uso compasivo hasta que no esté demostrada su seguridad y eficacia”, explicó Lima. Y para los demás, deben estar bajo el marco del estudio clínico.
Las personas en estado crítico que reciban plasma Covid bajo orden médica deberán firmar un consentimiento.
Actualmente el Banco Nacional de Sangre se encuentra en la etapa de colecta de plasma de donantes recuperados de Covid-19 y estima unas dos semanas hasta tener suficiente stock para ofrecer plasma a las instituciones de salud. “Debemos tener un stock para responder a la expectativa”, dijo Lima.
López informó que están trabajando con un tercio de las 70 personas que se manifestaron interesadas en donar. Ya han donado unas 15 personas (entre 25 y 63 años en sesiones de extracción de una media hora) y hay más en la lista. El procedimiento lleva trabajo y es necesario cumplir con las condiciones para donar sangre, ser menor de 65 años, entre otras. A los donantes también se les realizan otros dos estudios clave a cargo del Instituto Pasteur de Montevideo. López destacó orgullosa que el grupo tuvo comunicación directa con la Universidad de Johns Hopkins en Estados Unidos, de referencia mundial y que en Uruguay se cumplen los más altos estándares de trabajo.
¿Cuántos anticuerpos?
Cuántos anticuerpos generan las personas que superan el Covid-19, cuánto duran, cuándo ocurre el pico. Son muchas las preguntas y también las intenciones de responderlas desde distintos grupos de investigación en el mundo, entre ellos los uruguayos. Para inyectarle a una persona enferma de Covid-19 plasma de un recuperado, es necesario saber si la muestra es útil; es decir, si tiene anticuerpos para Covid-19 en cantidad suficiente, y esto se mide mediante test serológicos.
En el Instituto Pasteur realizan dos tareas principales. “Nuestro aporte es puntual. Como esta enfermedad es nueva, deben estar seguros de que la enfermedad no está activa y necesitan saber si en el plasma hay anticuerpos específicos contra el virus”, contó Pritsch.
“Necesitamos un mínimo de anticuerpos para neutralizar el virus”, explicó Lima.
Los test serológicos vienen de Alemania y permiten determinar la concentración de los anticuerpos en la muestra estudiada. Por otro carril corre la investigación del desarrollo nacional de este tipo de test, aclaró Pritsch.
Estudio clínico
“Se abren dos escenarios: la necesidad de usarlo en los pacientes de CTI y la necesidad de hacer un ensayo clínico para usarlo en donde creemos que va a dar mejores resultados”, es decir, en los que la enfermedad no está tan avanzada, explicó Lima.
Las personas en CTI por Covid-19 pasan por una fase viral inicial y luego por una inflamatoria. Esta inflamación en pulmones y riñones es descontrolada. Se piensa que la utilidad de aportarles plasma Covid a las personas enfermas está en los primeros días, y no cuando el cuadro está tan avanzado.
“El problema de administrarlo en forma tardía es que es muy difícil de probar que vaya a ser eficaz, por el estado del paciente. El estudio clínico habilita a poder administrarlo en pacientes en donde creamos que pueda llegar a ser eficaz y obtener un beneficio” agregó Gil.
Gil informó que un grupo de trabajo está definiendo los lineamientos para realizar un estudio clínico sobre el tema en Uruguay y que esperan lograr avances en el detalle del trabajo a realizarse y sus costos en las próximas semanas.
“Hasta que no se pruebe que existe una medicación segura y eficaz, no la puedes usar si no es dentro de un ensayo clínico o mediante excepción por uso compasivo. El ensayo clínico lleva tiempo, dinero, una serie de pasos y mucho trabajo”, contó Lima.
Fuente: Busqueda