Estadísticamente en nuestro país el 80% de quienes se suicidan son hombres.
En Uruguay los suicidios son una pandemia silenciosa que afecta a centenares de personas que toman la decisión de quitarse la vida. En los últimos tiempos se comprobó que una clave para prevenir este tipo de muertes es visualizar la problemática y no ocultarla. En Uruguay los datos más recientes son de 2019 e indican que se produjeron 723 autoeliminaciones. Para comparar la cifra, en 2020, como consecuencia del COVID-19, fallecieron 181 personas.
Estadísticamente en nuestro país el 80% de quienes se suicidan son hombres y el porcentaje crece a medida que aumenta la edad. El suicidio es más frecuente en las personas jóvenes y dos de cada diez suicidas son menores de 29 años.
Rafael Sibils, de la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay, dijo para este informe que el suicida “no requiere de ninguna patología especial” aunque, por lo general, quienes se suicidan o tienen intentos de autoeliminación tienen alguna, como depresión. Sibils destacó, además, que el suicidio es “la causa de muerte violenta más frecuente del mundo.”
La Fundación Último Recurso brinda contención a quienes piden ayuda y además ofrece apoyo a los “sobrevivientes”.
Desde Último Recurso llaman a atender los comportamientos de quienes pueden estar pidiendo ayuda. En ese sentido, María José Di Agosto pidió prestar atención a las “señales que pueden ser verbales o no verbales” e insistió en que “el más grande que encontramos es que el que dice que se va a suicidar está llamando la atención”. Para la exporta no se trata de llamar la atención sino de pedir ayuda.
Silvia Peláez, de la misma ONG, dijo que quien intenta quitarse la vida “no quiere morir, sino dejar de vivir así”.
Actualmente hay unas 5.000 personas esperando por consultas atrasadas de psiquiatría en ASSE, por lo que el organismo acordó con SMU, FEMI y las sociedades científicas, con el fin de reforzar los servicios de atención.
Pablo Fielitz, director de Salud Mental de ASSE, pidió prestar atención en la pospandemia. “No habría una tasa mayor de suicidios consumados en 2020. Hay que tener en cuenta que los expertos plantean que, en general, en el medio del contexto de una pandemia, las cifras permanecen estables o decrecen, y que, a la salida de la pandemia, las cifras pueden aumentar”, expresó.
Lilyan Peña, madre de un joven que se quitó la vida, instó a “estar atentos y pedir ayuda” ante el menor indicio.
ASSE cuenta con las líneas 0800 07 67 o *0767 para atención al suicida, y la ONG Último Recurso cuenta con el 094440877.
Fuente: Telenoche