×
EnglishSpanish
☰ Secciones

20 de Noviembre “Día del Policía caído en cumplimiento del deber”: Palabras del Director de Coordinación Ejecutiva Crio. Mayor Roberto Pereira

Foto: SUPU

En primer lugar, quisiera agradecer que se me haya conferido el honor de hacer uso de la palabra en este acto y fecha tan significativa.

Estamos reunidos hoy 20 de noviembre de 2021, para honrar a nuestros policías caídos en el cumplimiento de su deber, y a su vez acompañar en su dolor a las familias, amigos y compañeros de las Unidades donde estos prestaban servicio.

Para comenzar, debemos decir que a partir del año 2008, y por mandato de la Ley 18.377, aprobada el 7 de octubre de dicho año, queda instaurado a nivel nacional, el 20 de noviembre como “Día del Policía Caído en Cumplimiento del deber”. Por eso estamos hoy aquí, pero además y sobre todas las cosas lo hacemos con el convencimiento de que honrando a nuestros policías caídos, dignificamos y enaltecemos nuestra profesión y nuestra Institución.

Haciendo un poco de historia debemos decir, que la fecha elegida, refiere a los hechos luctuosos ocurridos el 20 de noviembre de 1933, en la zona de Paso Molino de Montevideo, donde en un enfrentamiento armado pierden la vida seis policías y nueve resultaron heridos, mientras que del grupo de delincuentes dos fueron abatidos, tres heridos y otros tres detenidos.

Específicamente, los episodios dieron inicio en la calle Manuel Herrera y Obes, casi Aurora, con el intento de copamiento en la casa de un conocido financista de quinielas y juegos clandestinos, llamado Marcos Calleriza y cuya esposa resistió a balazos el copamiento y ante la huida de los delincuentes, se generaron una serie de enfrentamientos con intercambio de disparos en las inmediaciones, donde resultaron ultimados varios Policías de diferentes reparticiones.

En ese enfrentamiento murieron el Agente de Tercera Genaro Leytes de la División Investigaciones quién estaba destacado en la Sucursal del Banco de la República de Agraciada y Camino Castro, el guardia civil Máximo Rodríguez quién franco de servicio, esperaba un ómnibus que lo trasladara a la Seccional 20, donde desempeñaba sus funciones; el Sgto. Juan Balbino Rodríguez de la Comisaría de Tránsito quién conducía una motocicleta policial con “side-car” al detenerse sobre el puente del arroyo Miguelete, el Guardia Civil Juan Gamarra de la Seccional 19, el Agente de Tercera de Investigaciones Raúl Páez López y el Agente Rojas Maldonado de la Seccional 9na.

También pueden mencionarse otros hechos históricos relacionados con el luctuoso episodio de Paso Molino: como son la inauguración del Panteón Policial del Cementerio del Buceo, el 20 de noviembre de 1937; al conmemorarse los 4 años del mencionado evento, oportunidad en que se llevaron los restos de los Policías caídos; en el año 1936, se instituye la fecha 20 de noviembre como “Día de la Policía”, la que se mantuvo hasta el 1943, año en que se fija el 18 de diciembre, como aniversario de la Policía Nacional; En el año 1937, la Junta Dptal. de Montevideo, promulga por Decreto Nº 1692, dándole el nombre de “20 de noviembre” a la Plazoleta ubicada entre las calles Agraciada y Lucas Obes, la cual a partir del 18 de diciembre de 1975 pasó a denominarse “Plaza de la Policía”. Lugar éste, donde se desarrollan en el día de la fecha, los actos centrales y entrega de las reconocimientos póstumos a los familiares de los Policías caídos en el presente periodo.

Más allá de la fecha precisa, sabemos todos que antes y después, numerosos policías han hallado el fin de sus días, en diferentes circunstancias, ya sea actuando solos ante una emergencia o bien en equipos y con planificación previa, en todo a lo largo y ancho de nuestro territorio.

En el caso de nuestra Unidad Ejecutora, la Jefatura de Policía de Tacuarembó, podemos decir que desde el año 2009, no tenemos que lamentar la pérdida de ningún policía en cumplimiento de su deber, en esa oportunidad el día 12 de junio del mencionado año, el Agente de 2da. Gustavo TRINIDAD CORREA, ofrendo su vida, atento a lo que un día juro, al egresar de la escuela de formación. Tenemos entonces que desde ese fatídico 20 de noviembre del 1933, nuestra Jefatura ha perdido 12 integrantes de la Institución en manos de la delincuencia.

Es necesario también en el día de hoy hacer votos para que ningún otro nombre de camarada alguno, sea agregado a la lista en nuestro martirologio, expresando nuestro afecto y respeto a sus familiares y hacer un reconocimiento a la memoria de los camaradas que pasaron a formar ese “Eterno Escuadrón Azul”, integrado por todos aquellos policías que han ofrendado su más caro valor, en defensa de las instituciones, la Constitución, la ley, la vida y los intereses de la comunidad toda. Teniendo presente además que ninguna palabra, acción o reconocimiento póstumo devuelve un padre; un hijo; un esposo; un hermano.

Sabido es, que desde siempre las sociedades han asignado a sus muchos colectivos e instituciones, roles con una carga de riesgo mayor que otros, como forma de garantizar el goce de las libertades y la paz necesaria para la convivencia social; por eso en cualquier lugar de nuestro querido país, aun en aquellos lugares más alejados, y ante cualquier situación, siempre hubo y habrá un Policía, dispuesto a garantizar la seguridad pública, actuando ante cualquier situación de peligro o bien prestar ayuda al ciudadano, esperando como contrapartida, nada más el regocijo de la satisfacción del deber cumplido, salario intangible cuyo valor bien sabemos apreciar los Policías.

Al honrarlos, además, estamos reconociendo, La entrega y abnegación, como valores necesarios en la sociedad en la que vivimos, este reconocimiento implica darles visibilidad e inmortalidad, como ejemplos de sacrificio ante la adversidad, pero convencidos de la necesidad del cumplimiento de su misión y aun sabedores de los riesgos que muchas veces conlleva el enfrentamiento con las sub culturas del delito, o cualquier otra tarea, que valla si las hay, que sin implicar un enfrentamiento violento, ante una vida en riesgo, el Policía está siempre en la primera línea y es el primero en llegar al lugar para ofrendar la suya si es necesario.

En este alto en la tarea que hacemos cada 20 de noviembre, no solamente recordamos a los camaradas que ya no nos acompañan físicamente, además reflexionamos sobre esos ejemplos de sacrificio, de arrojo y valor, para poder apreciar en su justa medida, el trabajo que día a día sin importar las condiciones y circunstancias, realizan todos los policías en forma silenciosa, pero apegados fielmente a su vocación de servir, arriesgando sus vida en defensa de los derechos de los ciudadanos en todo el territorio de nuestro país.

Es tiempo de recordar, pero a su vez también de redoblar el esfuerzo en el compromiso con la función, aceptando el desafío de ser cada día mejores, para estar a la altura de las expectativas de la comunidad a la que nos debemos.

Finalmente quiero expresar, que estamos convencidos, que el mejor homenaje que podemos hacer a nuestros héroes, es esforzarnos por ser mejores profesionales, a través de la capacitación, transformando el conocimiento en la mejor herramienta para cumplir fielmente con nuestro servicio, amparado en la Constitución, y los preceptos de la normativa en vigencia, garantes del orden social y los derechos fundamentales de nuestra sociedad. Mantener una férrea disciplina operativa para abatir los riesgos en las intervenciones, y obtener los mejores resultados en los objetivos trazados, con una cadena de mando sólida en conocimientos y experiencia; todo esto unido a un alto espíritu de cuerpo que se logra únicamente manteniendo una moral intachable y forjando la confianza entre los diferentes escalones de responsabilidad; manteniéndonos así firmes ante la adversidad que se presente.

Mientras tanto, donde nos toque cumplir con el servicio, sin importar las circunstancias y condiciones, seguiremos firmes con nuestras convicciones y en honor a la memoria de nuestros héroes, con el único propósito de asegurar la vida y convivencia pacífica de la sociedad, seguiremos dando fiel cumplimiento a los que juramos en el momento de nuestro egreso y con el más alto honor de ser Policías, aún con el sacrificio de nuestras propias vidas.

Fuente: Jefatura de Policía de Tacuarembó