La marcha de la pandemia en el país está “bajo control” y centrada en dos focos: el departamento de Treinta y Tres y un viaje en barco desde Argentina.
El partido en la altura de La Paz contra COVID-19, para seguir la analogía usada por el científico Rafael Radi, no está ganado, pero tampoco perdido. Van dos semanas consecutivas con al menos un nuevo infectado cada día, sin embargo, los contagiados siguen un hilo epidemiológico y están asociados a dos brotes: un viaje en barco y el departamento de Treinta y Tres.
Los más de 270 pasajeros que cruzaron el Río de la Plata en Buquebus, el viernes pasado, y que están en cuarentena, se realizarán hoy el hisopado para descartar la propagación de la infección.
El dueño de la empresa, Juan Carlos López Mena, quien viajó en el buque ese mismo día y que luego estuvo en una reunión con el presidente Luis Lacalle Pou, “se testeó el miércoles y dio negativo”, dijo a El País el vocero de la compañía. El resto de la tripulación también se habría examinado y obtenido idénticos resultados. Pero a los pasajeros, el Ministerio de Salud estableció testearlos a partir del séptimo día de llegada al país -como indica el protocolo a efectos de reducir las chances de falsos negativos.
Todos los viajeros ingresaron al país por alguna de las nueve excepciones que permite el decreto de restricción de entrada de personas durante la emergencia sanitaria. En su mayoría son argentinos residentes en Uruguay o ingresos transitorios con fines laborales.
El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, fue tajante ayer: “El país no está abierto al turismo y no hay ninguna intención de que así sea”. De esta manera, aclaró el mandatario, se tira por la borda el anuncio de que “en agosto” ya se retomaría la operativa de trayectos comerciales.
Según el subsecretario de Turismo, Remo Monzeglio, no hay una fecha prevista para que se retomen las conexiones con fines turísticos. De hecho, explicó, la apertura de fronteras con la Unión Europea no significa que quienes no están en las nueve excepciones del decreto presidencial puedan entrar a Uruguay.
A la inversa, aclaró, quienes están en territorio uruguayo sí podrán salir con el fin que se quiera si es que en el lugar de destino se le permite la entrada.
“Vivimos en el mundo, no nos podemos pensar separados de lo que le pasa al resto de la humanidad. Esa es la lógica de las pandemias”, dijo el infectólogo pediátrico Álvaro Galiana, intentado observar el bosque por sobre el árbol puntual. Y en este sentido remarcó: “la lógica sigue siendo la misma… el uso responsable de la libertad”.
El otro foco.
La secuenciación del genoma del virus en Treinta y Tres demostró que la cepa habría ingresado de Brasil y sería diferente a la que circuló en Rivera. Eso descartaría el contagio por circulación comunitaria.
En ese departamento hay 69 personas cursando la enfermedad y 359 están cumpliendo cuarentena. Ayer se sumaron tres infectados nuevos, aunque siempre vinculados al hilo inicial.
¿Cómo es posible? Según la recomendación internacional, a quienes tuvieron contacto con un caso confirmado de COVID-19 habría que testearlos al séptimo día de haberse generado el encuentro. Pero, para ganar tiempo, la dirección de Salud de Treinta y Tres optó por hacer examinaciones prematuras y a los casos negativos retestearlos pasado el séptimo día.
“Es preferible invertir en un test repetido y, a la vez, ganar en tiempo”, justificó el director departamental de Salud, José Quintín Olano. De ahí que “la mayoría de los nuevos positivos sean quienes se habían testeado por segunda vez o bien personas que convivían en el mismo hogar”.
Treinta y Tres estableció un centro de aislamiento con 46 plazas. Sin embargo, “hasta la fecha ningún cuarentenado quiso dejar su domicilio e ir a este centro”, explicó Quintín Olano.
En este departamento de Uruguay el brote comenzó a mitad de junio, cuando una enfermera que trabajaba en dos prestadores de salud dio positivo. Ella no había sido el caso índice, aunque sí había estado en contacto con quien se cree fue el disparador (también una trabajadora de la salud).
Pese a que la circulación del virus tuvo un alcance que excedió la capital departamental, los casos positivos siguen estando vinculados a un hilo epidemiológico identificado.
Así las cosas, ambos brotes (del buque y Treinta y Tres) parecen estar “bajo control”, aunque entre ambos suman más de 600 personas en cuarentena. Y en este escenario, la apertura del país al turismo deberá aguardar. El presidente Lacalle Pou concluyó: “En nuestro país y en nuestro gobierno el que dicta las medidas es el Poder Ejecutivo, así que los anuncios sobre cuándo se retoman las frecuencias no los va a hacer una persona ajena”.
Fuente: El País