¿Qué tal amigas y amigos? La comunicación de hoy es simple y clara: tengo covid.
Mi familia y yo estamos transitándola bastante bien, con un poco de tos, decaimiento y ronquera, no mucho más, efecto de las vacunas, de carecer de patologías severas previas y que probablemente sea Omicrom, cepa que básicamente produce menos síntomas respiratorios bajos.
Todo indica que el contacto fue intrafamiliar, porque las medidas de protección
extradomiciliarias siempre se cumplieron a rajatabla. Por otro lado no iba a permitir que este virus perverso impidiera que besara y abrazara a mis hijos y esposa, por lo tanto, aquí estamos, en aislamiento. De seguir así, en una semana estaríamos nuevamente en la cancha.
En estos días de aislamiento en domicilio con lugares ventilados y trabajo fijo se me ha ocurrido reflexionar acerca de aquellas familias sin trabajo, con cuentas para pagar, hacinados en sus casas (con 40 grados a la sombra), desesperadas porque no pueden llevar su sustento, es ahí donde deberíamos tener la solidaridad como país (eventualmente desde el gobierno) para velar por esas familias más pobres y evaluar la posibilidad de exonerarlas de pagar cuentas de agua y luz por lo menos el mes de aislamiento. Empaticen con esa situacion y vean que harían ustedes en ese lugar (de las familias pobres con covid, sin trabajo).
Consejos: sigan usando tapabocas, alcohol en gel, eviten aglomeraciones (oh San Gregorio!!!), consulten apenas tengan una tos (no se lo achaquen al aire acondicionado, ni piensen que se va a ir sola).
Sigan abrazando a sus hijos e hijas, pareja, etc, mantengan los afectos, libres de covid. Salud!!!
Dr. Carlos Benavides
