El uso diario de los celulares por parte de los niños incrementa el riesgo de que sufran problemas de concentración e hiperactividad según estudios presentados en Berlín (Alemania).
El riesgo es 6 veces mayor entre niños de 8 a 13 años que usan más de media hora diaria sus teléfonos, de los que no los usan.
Los expertos están haciendo la campaña para restringir el uso prolongado de los móviles y tabletas sugiriendo los padres control y más juegos al aire libre.
¿Por qué limitar el uso de celulares o tabletas en los niños?
La tecnología ha venido para quedarse y aunque es una herramienta indispensable, hay que saber sacarle partido. Debemos enseñar a los niños a utilizarla de manera correcta para que realmente sea un beneficio y no padecer las nefastas consecuencias de su mal uso.
•La sobreexposición produce contracturas cervicales, calambres en brazos y manos, e irritación ocular.
•Insomnio por el uso de los dispositivos en la noche que dificultan luego en la atención y en el bajo el rendimiento escolar.
•Problemas de obesidad y de peso por la disminución de la actividad física y de la exposición al sol, además de problemas de la metabolización de la vitamina D.
•Conductas agresivas. La exposición de los niños a contenidos violentos y agresivos puede alterar su conducta, ellos imitan todo y a todos. Hay que vigilar el uso y la navegación en celulares y tablets.
•Adicción infantil. Recientes estudios demuestran que 1 de cada 11 niños de 8 a 18 años son adictos a las nuevas tecnologías. Ellos se separan de su entorno, amigos, familiares y pasan muchas horas jugando solos.
•Radiación. La Organización Mundial de la Salud (OMS), clasifica los teléfonos celulares como un gran riesgo debido a la emisión de radiación. Los niños son muy sensibles y existe el riesgo de contraer graves enfermedades.
Debemos supervisar el tiempo que están con los celulares y tablets. Imponer limites y horarios de uso.
Debemos impulsar a que jueguen y estén en contacto con otras personas. Es importante que entiendan que la tecnología es parte de su vida, pero no deben sustituirla por el tiempo de juego con amigos, hermanos, padres.