A pocos días del cambio de mando, integrantes del futuro gobierno pusieron en marcha gestiones para modificar algunos aspectos del acuerdo entre el Estado uruguayo y UPM en torno a su segunda fábrica en Uruguay.
Fuentes del gobierno entrante dijeron a Búsqueda que las autoridades electas ya les transmitieron a representantes de la empresa finlandesa su “inquietud” sobre esos puntos.
El capítulo referido a la energía es uno de los temas principales en los que aspiran a lograr cambios. En particular, al futuro Poder Ejecutivo le preocupa el valor acordado para la compra de la electricidad que producirá UPM2. Según lo establecido en el anexo Nº 6 del contrato, UTE debe pagar por cada megavatio hora producido por la planta un precio de US$ 72,5, por un período de 20 años hora y hasta un volumen anual de un teravatio hora.
Otro de las ejes del intercambio es garantizar las condiciones para que el Ferrocarril Central sirva para otras cargas, además de las que transportará desde UPM2. En ese caso, el diálogo involucra al consorcio Grupo Vía Central —integrado por las uruguayas Saceem y Berkes, la española Sacyr y la francesa NGE—, adjudicatario de la construcción de la línea férrea entre Paso de los Toros y Montevideo bajo la modalidad de participación público-privada.
Las negociaciones de la administración de Tabaré Vázquez con la empresa finlandesa recibieron críticas de la oposición y también de distintos movimientos sociales. “Los de UPM defendieron a UPM y los de este lado del gobierno defendieron a UPM”, cuestionó Lacalle Pou en más de una oportunidad. “Vamos a renegociar todo lo que haya que renegociar”, dijo en enero de 2019.
El ministro de Transporte y Obras Públicas designado, Luis Alberto Heber, dijo en enero a Búsqueda que el acuerdo en materia de infraestructura con UPM es “demasiado caro” para el país y que al oficialismo le pesó la “desesperación de no tener inversiones. (…) Si no, ¿qué decía el Frente Amplio? (Nº 2.055). “La negociación no puede ser por partes, tiene que ser global”, añadió.
Por su lado, el ministro de Transporte saliente, Víctor Rossi, realiza un balance distinto del proceso.
El resultado alcanzado no obedeció a que los negociadores del gobierno hayan actuado como “nabos”, dijo el jerarca saliente a Búsqueda. Señaló que la coyuntura de entonces tenía a Brasil y Argentina en situaciones comprometidas, y a Uruguay en riesgo de ser arrastrado. UPM fue “una contribución fundamental” para “zafar”, valoró. Afirmó, además, que desde ese momento se logró dinamizar la economía.
Sobre los cuestionamientos ambientales, Rossi sostuvo que si bien se dice que Finlandia rechazó la instalación de una planta similar a la que ahora empieza a construir en Uruguay, la realidad es que Brasil no la iba a “bochar” y era un candidato a quedarse con esa inversión.
Desde la firma del contrato con el gobierno en julio del año pasado, UPM siempre hizo referencia a una inversión propia de US$ 2.700 millones “en la planta industrial” que se ubicará cerca de Paso de los Toros. La cifra fue destacada y publicitada por Presidencia y varios ministros. Sin embargo, ese monto no se invertirá solo en Uruguay y varios de los contratos que la finlandesa debe cerrar para la construcción de la fábrica son firmados con empresas que operan en otros lugares, como el anunciado este martes 18 con el proveedor austríaco de equipamiento Andritz por unos 500 millones de euros. Esa compañía proveerá equipos y procesos para la producción de fibras de celulosa en la futura planta que se levantará cerca de Paso de los Toros.
Fuente: Busqueda