Recibimos y publicamos nota de Javier Mendina:
Una investigación del instituto universitario de las Naciones Unidas , pronostica que en la próxima década , una parte importante de la población del mundo vivirá amenazada por miles de grandes represas construidas en el siglo XX , ya que están operando más allá de su vida útil.
Según el estudio , la mayoría de esas represas fueron construidas entre 1930 y 1970 con una vida útil entre 50 y 75 años ,que dependiendo del procedimiento constructivo, el material usado, el mantenimiento y del esfuerzo a la cual fueron expuestas tales como eventos ambientales extremos entre ellos crecientes e inundaciones, podrían acelerar los procesos de envejecimiento y disminuir considerablemente su vida útil, por lo cual muchas represas ya han sobrepasado los límites de diseño.
A partir de los 50 años , un gran dique de hormigón comienza a dar señales de deterioro en su estructura, en el cual inciden múltiples factores , uno de los más determinantes es la selección
inadecuada de áridos consistentes y propensos a la reacción alcalino-sílica.
En la década del 30 , en países no tan avanzados , con sistemas constructivos muy precarios y carentes de laboratorios con tecnología de punta como hoy día , existía el riesgo de usar áridos alcalino-reactivos que mezclados con cemento Portland de alta alcalinidad , creaban una reacción química entre los materiales , ocasionando micro fisuras debido a los altos esfuerzos no controlados , expansión del árido , ocasionando una tracción por el cual el hormigón se fractura , este fue unos de los errores más comunes en los procesos constructivos de esa época.
Esas pequeñas fracturas de hormigón son las que permiten que la estructura de hierro entre en contacto con el agua , originando la corrosión de la misma y debilitándolo, por lo cual, el daño es muy difícil de evaluar.
Allen Curry, coautor de la investigación , afirma que ante el envejecimiento masivo de las represas , es importante desarrollar un marco de protocolos que guiarán y acelerarán el proceso de remoción de las mismas.
El experto advierte que el desmantelamiento también tendrá varios impactos económicos, sociales y ecológicos positivos y negativos que deben considerarse en un contexto social, económico y geográfico local y regional.
En general, el desmantelamiento de represas debe considerarse tan importante como la construcción.
Uruguay no es ajeno a esa realidad mundial , una de la represa más importantes de nuestro país se construyó en esos años , por lo cual el gobierno anterior , consciente de la situación actual y la que se le avecina , el 22 de julio del 2019 , el presidente Tabaré Vázquez, promulgó el decreto número 209/019 , por el cual se crea el Comité Nacional de Seguridad de Represas en la órbita del poder Ejecutivo.
El gobierno consideró la necesidad de contar con un espacio interinstitucional para la coordinación, especialización e intercambio de conocimiento en el área de seguridad de represas públicas, de manera de minimizar los eventuales riesgos ocasionados por su operación, manejo incorrecto y fallos estructurales.
Las preguntas que nos debemos hacer los que vivimos a orillas del Lago del Rincón del Bonete y sobre todos los pobladores que viven aguas abajo de la represa Gabriel Terra , es; ¿Cuán peligroso es vivir al lado de una represa operando más allá de su vida útil?, ¿ hasta cuanto se puede “estirar” el tiempo y pensar en desmantelarla?
¿Que va a pasar con otras represas construidas aguas abajo?… ¿está comprometida la matriz energética de este país?.
¿El contrato con UPM nos obliga a mantener la represa 30 años más ?….son muchas preguntas que el gobierno tendrá que empezar contestarle a la población.
Javier Mendina.
Fuente: Javier Mendina