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Las 7 recomendaciones de los científicos de Udelar para mantener la pandemia controlada

Foto: Montevideo Portal

Un grupo interdisciplinario de profesionales estudiaron el comportamiento del virus en Uruguay y el mundo y elaboraron varias sugerencias.

Pese a algunos brotes que han surgido en distintos puntos del país, Uruguay ha podido controlar la propagación del coronavirus. Sin embargo, ¿Está el país a salvo de los sacudones que ha habido en otros países? ¿Qué medidas se deberían implementar para seguir con la pandemia bajo control?

Sobre estos puntos ha estado trabajando un equipo multidisciplinario de científicos e investigadores de la Universidad de la República (Udelar) que colabora con el Grupo Asesor Científico Honorario del gobierno. Después de estudiar el comportamiento que viene demostrando el Covid-19 en el mundo y en Uruguay, los autores sacaron varias conclusiones y prepararon siete recomendaciones.

En la mañana de este martes, Emiliano Cotelo, conductor de En Perspectiva en Radiomundo, entrevistó a uno de los integrante del Grupo Uruguayo Interdisciplinario de Análisis de Datos de Covid-19 (Guiad-Covid-19), Matías Arim.

Arim es doctor en Ciencias Biológicas e integrante del departamento de Ecología y Gestión ambiental del Centro Universitario Regional Este de Udelar (Cure).

El grupo comenzó a trabajar cuando se detectaron los primeros casos y se formó de profesionales de diversas áreas -biología, matemática, ingeniería, medicina y sociología, entre otras- con el fin de «generar insumos para tratar de aportar a la comprensión de la epidemia y proponer medidas de manejo».

«Que no haya ocurrido un brote significativo en Uruguay no implica que no tenga capacidad de ocurrir. Las condiciones para una epidemia están. Sin embargo, esta no ocurre y se mantiene por las medidas que estamos tomando. Si uno deja de tomar las medidas ocurriría una epidemia», aseguró el entrevistado.

Arim indicó que las medidas tomadas hasta ahora pueden «saturarse»: «El trazado de contactos y el uso de tapabocas tienen una eficiencia alta cuando tenemos pocos infectados en la población, pero cuando el número de infectados empieza a aumentar, esas medidas comienzan a perder eficiencia y llega un momento donde la enfermedad le gana a las medidas».

Según dijo, en los países donde ha sucedido esto, se dispara el brote epidémico y los casos comienzan a crecer en forma exponencial. «Las mismas medidas que un viernes te estaban andando, el lunes pasan a no ser eficientes y no te frenan la epidemia. Se ha observado en muchos países que luego del quiebre en la velocidad de crecimiento de la enfermedad, se ponen medidas más fuertes y la epidemia no se frena», explicó.

El investigador señaló que una vez que eso sucede, la aspiración vuelve a ser achatar la curva, por lo que es «muy importante mantenerse en este estado actual».

Arim dijo que «no se puede decir a ciencia cierta cual es el número de infectados que haría superar el umbral», pero que «sí se sabe que medidas se pueden saturar y cómo podemos evitar que esas medidas se saturen».

«En la medida que somos capaces de, cada vez que aparece un brote, identificar a los infectados, a sus contactos, testear a los contactos y mantener a los contactos de riesgo, estamos alejados de ese brote. En la medida de que los casos superen tu capacidad de procesar empezaste a perder el partido», señaló.

Las sugerencias

El informe del Guiad-Covid-19 tiene varias recomendaciones para mantener la pandemia en los niveles de control actuales y evitar que se supere el umbral mencionado.

En primer lugar, Arim señaló que es necesario modificar la conceptualización de la situación del Covid-19 en Uruguay, es decir, que el manejo público pase de trabajar en «achatar la curva» a «cuidar que la cantidad de casos no alcance el umbral de la epidemia».

Por otro lado, el científico hace énfasis en «garantizar y aumentar» la capacidad de testear pacientes y de trazar sus vínculos, como forma de evitar que las personas infectadas entren en la fase de dispersión de la enfermedad. «Las capacidades de Uruguay han aumentado pero no tanto como para mantenernos seguros si hay brotes grandes», dijo el investigador

También sugirió la promoción del autoinforme de síntomas y aviso a los contactos. Es decir, que ante «un riesgo razonable de estar contagiado, la persona sea el primero en avisar a sus vínculos».

«La única medida que nunca saturaría es si todos tenemos esa conducta de mantenernos alerta y avisarle a la gente si hay un contacto de riesgo», expresó.

Por su parte ratificó la relevancia de mantener las medidas de prevención que han dado resultado hasta el momento, como el uso de tapaboca, mantener distanciamiento físico, evitar las aglomeraciones y el lavado frecuente de manos.

Otro de los puntos que sugiere el grupo de científicos es darle mayor rigidez a la cuarentena de individuos provenientes de regiones de riesgo.

«Una persona que viene del exterior, no hace correctamente la cuarentena y genera un brote, no es solo que tengamos algunos casos sino que es el riesgo de superar el umbral de epidemia. No podemos, por la llegada de una persona infectada de afuera que genere un pulso, superar el umbral de epidemia y perder el control», dijo Arim, y aseguró que «si una región se dispara posiblemente empiece a dispararse el resto por el flujo constante de infectados».

«Se juega más del partido de lo que se piensa en que la gente que viene de afuera haga cuarentena. Hay mucho para ganar en garantizar esas cuarentenas», expresó.

También dijo que esto aplica a la movilización de personas dentro del país: «Dentro del Uruguay, si uno se mueve desde una región de riesgo, donde hay un brote, es razonable hacer la cuarentena, eso tiene un impacto muy fuerte en frenar la epidemia».

Por último, Arim dijo que hay que «establecer mecanismos de redundancia en las estrategias». Esto implica que si bien el manejo se desarrolla a nivel central desde el Ministerio de Salud Pública (MSP), también es necesario que otros actores participen apoyando.

«El MSP a nivel país hace la red de contactos del infectado y solicita a las personas que entren en cuarentena. Esto tiene una tasa de falla. Pero si además de eso los prestadores de salud, o a nivel de intendencia, o a nivel de las empresas también tienen protocolos preestablecidos y empiezan a llamar a las personas se generan mecanismos de redundancia», explicó.

Fuente: Montevideo Portal