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Le robaron 10 ovejas y un carnero y encontró los cueros en una playa de Paso de los Toros

Foto: El Observador

El valor directo de los animales es US$ 4.500, pero hay otro monto imposible de estimar por la pérdida del esfuerzo en inversión y desarrollo en genética de muchos años.

En apenas una semana, en tres momentos, un productor ganadero sufrió la pérdida de 10 ovejas y un carnero, con un daño mayúsculo considerando no solo el valor de los 11 ejemplares, sino la pérdida de los logros derivados de una importante inversión en genética que se hace durante muchos años para ir mejorando la majada, lo que se trunca en apenas una noche.

El sitio donde sucedió el delito

Fernando Notejane tiene su establecimiento productivo en Tacuarembó, en el paraje Salsipuedes, con acceso a la altura del Km. 148 de la ruta 20. Allí se dedica principalmente a la cría vacuna y a la producción ovina. Cuenta con una cabaña de la raza ovina Merino Australiano, que se activó hace unos tres años con el objetivo de comercializar carneros y borregas a otros productores.

Cómo ocurrió el robo

El martes de la semana pasada se produjo la primera incursión de los delincuentes, quienes robaron siete de las ovejas del plantel. Tres días más tarde robaron tres vientres más. Y en la noche de este domingo se llevaron un carnero, uno de los padres del plantel.

Ese macho fue adquirido hace un año por US$ 2.000. Cada oveja, que son puras de origen, tiene un valor de unos US$ 250. Lo que es difícil de cuantificar es cuánto se pierde a futuro por la producción que ya no darán ese macho y esos vientres, su producción genética, la de la lana y de carne, en una raza que produce una lana de excelente calidad y también muy buena carne.

Fernando explicó que «se llevaron los animales enteros», apenas quedó algo de lana enganchada en algún alambrado. Tras la desaparición, a los pocos días fueron apareciendo algunos cueros en una playa de Paso de los Toros, que rápidamente pudo identificar como los de sus ovejas porque tenían las caravanas identificatorias.

«Se los llevaron vivos y los faenaron en Paso de los Toros», lamentó.

En el caso del carnero que le robaron, era un Poll Merino Australiano de pedigrí, que tras la inseminación de las ovejas se lo estaba utilizando, junto a otros padres del plantel, para el repaso que se hace a nivel de los potreros.

Antonio Aguerre, licenciado en gestión agropecuaria y muy vinculado a las actividades de la ovinocultura nacional, difundió este caso en su cuenta de la red social Twitter.

«Una gran impotencia»

«Uno lo que siente es, más allá de la pérdida económica que importa, una gran impotencia, una sensación de inseguridad tremenda, porque hay una invasión de tu propiedad, la verdad es que es muy frustrante, sobre todo porque uno invierte para mejorar, para introducir ciertas características en el plantel, es algo que el que sabe cómo es esto sabe que es un trabajo de años que de un día para el otro se trunca», dijo el productor a El Observador.

También destacó que hizo las tres denuncias y que la Policía se preocupó y está atenta, «se ha movido», en las medidas de sus posibilidades, pero que quienes cometen estos delitos «son verdaderas organizaciones delictivas, no es una persona suelta que roba para comer, vigilan al productor, a la Policía… controlan todo y saben cuándo actuar, es gente con recursos».

Admitió luego que el destino más probable de lo robado es la obtención de carne para su faena y venta ilegal.

Para llevarse siete ovejas en una noche es necesario, reflexionó, «dos o tres personas, un auto o una camioneta, un auto con tráiler… es gente muy organizada. Acá hace dos años no pasaba nada… los corren de algunos lugares y se mueven a robar en otros».

 

Fuente: El Observador