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Medidas gremiales en UPM y el Puerto: “radicales y excesivas”, según el gobierno

Desde la esfera gubernamental ven con preocupación las acciones sindicales tomadas por los gremios del área en el Puerto de Montevideo y en la segunda planta de celulosa de UPM en Pueblo Centenario, departamento de Durazno.

La inversión más grande en la historia del Uruguay, y el centro logístico más importante del país, están paralizados de forma total. La causa de esto son las reivindicaciones de los sindicatos, los cuales están decididos a pelear por mejores salarios. Desde el gobierno sostienen que se rompe el diálogo en medio de las negociaciones.

El gremio del puerto de Montevideo paralizó la actividad el lunes por 72 horas, lo que ha afectado, entre otras cosas, la operativa de Katoen Natie y Montecon. Y a pesar de las largas negociaciones de ayer no se alcanzó un entendimiento para levantar las medidas.

Tampoco se logró un acuerdo en la planta de UPM, en Durazno, donde el sindicato de la construcción (Sunca) resolvió detener las obras producto de una negativa de las empresas para las que trabajan de aceptar la plataforma reivindicativa en la que piden mejoras salariales.

Este escenario tiene al ministro de Trabajo, Pablo Mieres, en medio de las negociaciones, y a las autoridades de la Presidencia de la República preocupadas por los impactos económicos de las medidas de lucha sindical. Incluso sostienen que los sindicatos han actuado de forma desmedida y apresurada con las acciones de lucha.

“Hay más de cinco mil trabajadores en la construcción de UPM y se está negociando un nuevo convenio (laboral). La situación no justifica la paralización de las obras, pero trabajamos para encontrar caminos de entendimiento”, dijo Mieres ayer a los colegas de El País.

El ministro agregó que el gobierno tiene bien claro la magnitud de la obra y la implicancia de UPM para la maquinaria económica del país en el futuro cercano.

Los trabajadores que están empleados en la construcción marcharon ayer hacia Paso de los Toros con pancartas y bombos, para manifestarse y exigir una solución al diferendo. El video que muestra esto fue divulgado por la cuenta de Twitter del MPP del Zonal E. “Trabajadores y trabajadoras del Sunca llegando a la planta de UPM en Paso de los Toros. Ningún medio lo está cubriendo”, plantearon en la publicación.

“Vamo’ el Sunca, carajo”, se escucha en el video, donde una larga fila de trabajadores marchan hacia la ciudad de Paso de los Toros.

El matutino intentó comunicarse con los voceros del sindicato de la construcción por varias vías, para tener su versión sobre el diferendo laboral, pero no obtuvo respuesta.

El subsecretario de Trabajo, Mario Arizti, dijo a El País que en ambos casos -en UPM y en el puerto- los sindicatos adoptaron medidas de lucha “radicales”, “excesivas” de manera temprana.

“Las medidas sindicales de UPM las tildaría de excesivas en el sentido que hay todo un mecanismo de prevención de conflicto que hay que respetar. Esto es apresurado. Toda negociación tiene sus tiempos y las medidas deberían ser más graduales”, dijo el jerarca de gobierno, y comentó que la plataforma reivindicativa es compleja y extensa.

El subsecretario de Trabajo, además, comentó que la paralización de la actividad “causa un perjuicio económico”, que es incluso “mayor” en el puerto de Montevideo. “Aquí el común denominador son las medidas sindicales. ¿Tienen derecho los trabajadores a tomarlas? Sí, tienen derecho. ¿Se adelantaron a tomar medidas muy tempranamente en medio de una negociación? Sí. Paralizar el puerto por 72 horas es una media realmente excesiva”, continuó.

En la mañana de ayer el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, fue consultado por Telemundo (Canal 12) y también criticó las medidas gremiales. “Uruguay no puede darse el lujo de perder días de exportaciones en el puerto, sobre todo con el conflicto que hay vinculado a la falta de contenedores. Uruguay está en un momento de despegue económico con un récord de exportaciones, y la verdad es que esto sí es un golpe al hígado en la economía nacional”, remarcó.

Incluso el presidente Luis Lacalle Pou consideró desmedidas las acciones sindicales. Así lo comentó a los medios en Torre Ejecutiva el titular del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Conrado Ferber, luego de una reunión con el jefe de Estado. “El presidente se mostró muy preocupado, también lo considera incomprensible”, declaró.

Por su parte, la senadora blanca Graciela Bianchi valoró ambas medidas como una estrategia del Pit-Cnt para atacar al gobierno de Lacalle Pou. “Los paros en UPM y en el puerto son mucho más que paros políticos: son golpes a áreas estratégicas que afectan la producción y el comercio internacional. El Pit-Cnt y su brazo político el FA, manejados por los autócratas, vienen por todo. No quieren la República ni la Democracia”, escribió en su cuenta de Twitter.

¿Cuáles son los reclamos que hacen los gremios?

En el caso del Puerto, las medidas se tomaron el lunes 27 a las 11 horas. Primero por los trabajadores de la Terminal Cuenca del Plata (TCP), propiedad en un 80% de la empresa belga Katoen Natie y en un 20% de la Administración Nacional de Puertos, luego se sumaron los de Montecon, y el martes 28 se acopló el resto de los trabajadores portuarios.

El Sindicato Único Portuario y Ramas Afines (Supra) argumenta que la medida de paralización por 72 horas fue adoptada en asamblea general por diferencias en la negociación del convenio laboral de TCP y, por otro lado, por un diferendo con el Ministerio de Trabajo que tiene que ver con otra negociación con los empleados de Montecon, ante una potencial pérdida de puestos laborales.

“A pesar que a la empresa belga, Katoen Natie, se le está entregando un monopolio en el puerto de Montevideo sobre el mercado de contenedores, no está dispuesta a brindar mínimas garantías de estabilidad, condiciones y salarios, a sus propios trabajadores”, detalla un comunicado del Supra.

UPM

En el otro frente de conflicto, los trabajadores nucleados en el Sunca resolvieron adoptar la medida drástica de paralizar todas las obras en Pueblo Centenario de UPM 2 de forma indeterminada.

En este caso el convenio salarial se venció en agosto, y trabajadores y empresarios abrieron un nuevo ámbito para renovarlo. En un comienzo los trabajadores pretendían un 400% de aumento en los premios por presentismo, según los cálculos de la empresa eso implicaría casi un aumento de $50 mil por mes.

Además, exigieron una partida de alimentos compuesta por: desayuno, merienda y cena, y otra partida para transporte. Estos beneficios figuran aparte de los servicios de alimentación y transporte que la empresa ya otorga a cada empleado de la construcción en la fábrica. El gremio también solicitó la instalación de guarderías, y una policlínica para la atención de los trabajadores, así como ampliar los servicios de hospedaje, según comentaron a El País fuentes vinculadas con la negociación.

Fuente: El País