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Tabaré Pereda: uno de los isabelinos que se enfrentó a la inundación para ayudar a Durazno

En menos de una semana llovió más que el promedio de cuatro meses. Durazno y otros departamentos del país se vieron muy afectados. El isabelino Tabaré Pereda, patrón de bote de prefectura, cumplió varias horas en Durazno ayudando a los ciudadanos a salir de sus casas por la extremidad del agua.

El equipo estaba conformado por otro isabelino más, dos personas de San Gregorio y otra de La Paloma, Durazno. En ese marco, Tabaré conversó con Infopráctica y nos contó su experiencia en un hecho de mucha tristeza para todos.

– ¿Qué sensación te dejó colaborar con las personas que debieron evacuar por la inundación en Durazno?

– Me causó mucha tristeza. Uno es trabajador y sabe lo que cuestan las cosas. Y es duro que de un momento al otro crezca el agua y tengas que dejar todo aquello que te costó mucho sacrificio. Pasas de tener algo a nada. Es empezar de cero y sabiendo que en otro momento puede volver a suceder. No es la primera vez que las inundaciones golpean a Durazno.

– ¿Qué acciones cumpliste?

– Mi rol fue la de patrón de bote. La persona que se encarga de manejar la embarcación. En todo momento ayudamos a la gente a evacuar sus casas. Fueron muchas familias que tenían que irse a otro lado: a lo de un pariente o a los propios campamentos que fueron armados para la ocasión. Después de la evacuación, también realizamos recorridos nocturnos para supervisar las viviendas que estaban bajo agua y evitar los robos.

– ¿Las personas son conscientes que tienen que abandonar su hogar?

– Si, la gente sabe que los está por agarrar la creciente, pero siempre esperan hasta último momento para evacuar. Creo que no pierden las esperanzas. Solo pedían ayuda cuando estaban aislados. Es importante que sean más conscientes y tomen la decisión con anticipación. Más allá de eso, poder ayudar a las personas en una situación extrema, dentro de lo triste, es una gran satisfacción.

– ¿Qué fue lo que más te impactó?

– La manera en la que se desborda el río Yí, es algo impresionante. Sube mucho en poco tiempo, es algo que me llamó mucho la atención. Y también lo que dije anteriormente, la falta de consciencia de la gente. Evacuaban a último momento, cuando ya estaban en el techo de la casa y el agua a 10 centímetros de que llegué hasta ahí. Por ejemplo, cuando llegué me tocó sacar a dos menores y a su madre. Fue a las cuatro de la mañana. Recién a esa hora tomó consciencia que era necesario salir.

– ¿Cuál es tu reflexión final?

– De mucha tristeza por las personas que pierden todo por una inundación, personas que han luchado mucho tiempo para tener un hogar. De todas maneras, resalto la solidaridad que tanto nos caracteriza a los uruguayos: todos dando apoyo y estando muy atentos, desde los bomberos, la policía, los militares, la prefectura y la salud.