Fuimos hasta la represa del Rincón del Bonete para documentar la fuerza de las aguas del río Negro mientras pasan por el aliviadero aguas abajo, hacia nuestra ciudad y otras localidades. En el lago, el agua parece calma, pero una vez que pasa por las compuertas, se vuelve brava, ruidosa y espumante.
Son momentos muy raros de apreciar, sobre todo después de una sequía feroz que redujo el nivel del río a niveles alarmantes. Hoy lo vemos lleno de vitalidad porque se nutre de las aguas que fluyen hacia él, y que el hombre y sus usinas controlan para aprovechar sus capacidades.
Esperamos que lo disfruten.