La reglamentación de la ley de tránsito 19.824 es uno de los grandes desafíos que tiene por delante el país. En ocasión de la última reunión del Congreso de Intendentes, el tema fue abordado con el titular de Unasev, Alejandro Draper.
Este propuso al Congreso que preside el duraznense Carmelo Vidalín retomar el trabajo en conjunto para reglamentar la citada norma de tránsito y los exámenes psicofísicos para obtener la licencia de conducir.
Según una publicación de ACAU (Asociación del Comercio Automotor del Uruguay), los informes dan cuenta de que nuestro país continúa evolucionando en materia de seguridad vial y que es la promulgación de la tercera ley en la materia, el último hito de la lucha permanente contra los siniestros del tránsito.
“Una verdadera preocupación nacional. En el período comprendido desde el año 2011 al 2019, Uruguay ha reducido en forma sostenida sus índices de siniestralidad, pasando de tener una tasa de mortalidad de 17 cada 100.000 habitantes a 12 y una constante disminución de lesionados”, se expresa.
Seguridad
La ley n.º 19.824 tomó estado público más que nada por la regulación a peatones y el uso de celulares, así como un extenso capítulo referido a las bicicletas, pero además estableció aspectos fundamentales en lo que refiere a los elementos de seguridad activa y pasiva de los automotores.
En el artículo 3 se indica que “los vehículos cero kilómetro propulsados a motor de cuatro ruedas o más que se nacionalicen en el país para las categorías que se establezcan en la reglamentación de esta presente ley, deben contar con control electrónico de estabilidad, dispositivo de alerta acústica y visual de colocación de cinturón de seguridad, encendido automático de luces cortas o diurnas, neumáticos y espejos retrovisores certificados incorporados al vehículo, limitador de velocidad, protección de los ocupantes en caso de impacto frontal y lateral, protección en los vehículos para atropello de peatones, sin perjuicio de otros elementos que disponga la reglamentación referida”.
Estabilidad
“Tal vez la vedette de este artículo sea la exigencia del control electrónico de estabilidad”, se señala. El ESC —también conocido por las siglas ESP (programa electrónico de estabilidad)— es un elemento de seguridad activa desarrollado en los años noventa y se considera uno de los mayores avances en materia de seguridad del vehículo de los últimos años.
De hecho, se calcula que el 40 % de los accidentes de tráfico mortales se deben a derrapes; con este sistema se podrían evitar hasta el 80 % de ese tipo de accidentes. El control de estabilidad (salvo que se desconecte manualmente) está activado permanentemente. En este un microordenador evalúa las señales de los sensores y comprueba 25 veces por segundo si las maniobras del conductor al volante se corresponden con el movimiento real del vehículo. Si este se mueve en una dirección diferente a la deseada, el ordenador detecta esta situación crítica y reacciona de inmediato, independientemente del conductor. El ESC utiliza el sistema de frenos, desacelerando independientemente cada rueda para mantener estable la trayectoria del vehículo. Con este frenado selectivo, el control de estabilidad genera la necesaria fuerza opuesta, de manera que el vehículo obedece al conductor. El sistema también puede intervenir en el motor para reducir la potencia de este. De esta manera, siempre entre los límites de la física, el vehículo mantiene con seguridad la trayectoria deseada.
En el presente se trabaja en el correspondiente Decreto Reglamentario de la Ley, que establecerá la fecha obligatoria de entrada en vigencia para cada ítem de seguridad indicado
Fuente: El Acontecer
