×
EnglishSpanish
☰ Secciones

UPM ve crecimiento sostenido en la demanda de celulosa

Foto: El Observador

La finlandesa UPM –que confirmó la semana pasada la inversión en su segunda planta en Uruguay– previó una nueva caída de los precios de la celulosa en la segunda mitad de 2019, aunque consideró que la demanda seguirá sostenida en el largo plazo.

El mismo día que anunció la segunda planta en Uruguay, UPM divulgó los resultados del segundo trimestre y los datos consolidados del primer semestre del año.

Entre enero y junio las ventas aumentaron 4% respecto al primer semestre de 2018, llegando a € 5.298 millones (US$ 5.880 millones con un € a US$ 1,11). En tanto, las ganancias antes del pago de intereses e impuestos alcanzó los € 719 millones (US$ 798 millones).

Por otro lado, durante el segundo trimestre el crecimiento interanual de las ventas fue de 1%, mientras las ganancias antes del pago de intereses e impuestos fueron 3% mayores.

En el marco de una conferencia de los ejecutivos de UPM con los analistas de bancos de inversión se indicó que se lograron ganancias en el segmento de celulosa, a pesar de que los precios de la pulpa cayeron 6%.

Para la segunda mitad de 2019 el grupo espera que los precios de la pulpa de celulosa sean menores al primer semestre.

Por otro lado, hay expectativa también de que bajen los costos de producción en el segundo semestre del año.

Sobre la coyuntura de mercado, los ejecutivos de UPM señalaron que se está viendo una disminución de los stocks de celulosa, aunque todavía están en un nivel alto.

A pesar de ello, uno de los gerentes destacó que la demanda tendencial por la pulpa de celulosa es mejor que lo que se ha reflejado en las ventas.

En el largo plazo se espera que la demanda siga sostenida, de la mano eso del crecimiento de la clase media en países de Asia, la urbanización y los cambios demográficos.

Estos elementos proveen una “base robusta” para el crecimiento de la demanda de pulpa de celulosa, a lo que podría sumarse un menor consumo de plástico, se explicó.

Fuente: El Observador